Debido a las elecciones esta prohibida la venta y consumo de licor en cualquier negocio, ya sea bar, discoteque, restaurante, supermercado, tienda o incluso la pulpería de la esquina, supuestamente para evitar que ocurran actos lamentables de violencia provocados por parroquianos bajo la influencia del alcohol.
Por supuesto que los más vivos se prepearon, comprando su "reserva" desde mucho antes, y la bebedera empezó fijo desde ayer por la noche. Muchos lamentaron que se revocara el decreto que mandaba a todo mundo de vacaciones obligatorias desde el viernes, con lo que la bebedera hubiese empezado desde mucho antes.
Una vez, cuando chavalo, me preguntaron qué opinaba del licor, y yo ingenuamente dije que me hubiese gustado que lo prohibieran definitivamente. Claro, todo mundo se rio de la "gracia", yo simplemente pensaba que el ser humano no debería recurrir a los estimulantes para alterar su percepción de la realidad. Tampoco tenía idea entonces de que nuestro país se vendría a la quiebra si de pronto se prohibiese el consumo del guaro, los cigarros y las gaseosas. Ahora, hasta el lunes se tendrán que aguantar los que se quieran quitar la goma y no hayan comprado a tiempo.
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