El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha

Hace un par de años estuve haciendo unos trabajos en Puerto Corinto, y tuve la oportunidad de ver las estructuras desarmadas de lo que ahora se conoce como Parque Eólico Amayo. Recuerdo que mi carro parqueado a un lado de las aspas era apenas como la quinta parte de su largo, y una sola de las secciones del "tronco" me parecio casi tan grande como mi casa. Desde entonces me ha parecido uno de los proyectos más geniales para nuestro país, y esperaba que para estas fechas tuviésemos muchas más iniciativas de generación de energía ecológica.









En un reciente viaje a Peñas Blancas, frontera con Costa Rica, me quede completamente impresionado, como seguramente lo estuvo Don Quijote, al divisar los tremendos gigantes por encima de las copas de los árboles. Cuando los vi en tierra nunca me los imagine tan grandes e imponentes, y tuvimos que bajarnos del carro a contemplarlos por un momento, y escuchar el ronroneo de las inmensas aspas cortando el viento.



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