Un segundo para la mar

En esos días donde lo malo de uno son los otros: el trabajo, la pobreza, la atención al cliente, que el carro se te jodió, etc., los políticos y su populismo, un poderoso coctel donde uno llega fundido a la casa lo que hago es ponerme mis chanclas verdes marca rolter (por cierto tienen como cinco años ya) y me salgo al patio a regar las plantas (con el perdón de doña Ruth Herrera que amenazó con multar a la gente que riega los patios aún cuando todos los años no dicen que ya no vamos a padecer cortes de agua por que todos los años inauguran chorrocientos de pozos y la verdad es que nunca los vemos en los barrios).

Pues bien, me enchinelo y salgo al patio con mi radito de dos baterias a regar las plantas, en el interin de la regada escucho un programa deportivo y luego me siento un rato frente a este cuadro de Vincent Van Gogh que consegui por ahi y que lo tengo en el patio de la casa:


























Dicho cuadro se llama Barcos de pescas en las playas de Les Saintes Maries de la Mer (1888) y como detrás de la casa tenemos dos grandes árboles que cuando el viento los mece dan una sensación de ola producen una experiencia tranquilizadora y relajante. El mar es una de mis pasiones, por cuestiones de prioridad aún no he aprendido el buceo, está dentro de mi checklist.

Con un diez minutos así me recargo lo suficente para trabajar un rato por la noche ó bien para leer. En aquellos días que no tengo boluda de hacer eso me hago una michelada ó bien un traguito de ron con soda y limón.

Como díria el sabio cheff Pepe Roni (link) ¡Delicioso Amigos! ¡Delicioso!

Salute!!!