2011/09/01

Cumpleaños

Siempre detesté los cumpleaños, o al menos desde que tengo memoria. De mi infancia no recuerdo más que una piñata y haber recibido cerca de un quintal de jabones de baño como regalo, por lo que no me quedó la "magia" que otras personas sienten, ni la costumbre de regalar o recibir regalos. Me parecía fútil, innecesario e incluso ridículo.

Con la adolescencia la cosa se puso peor, y a cada cumpleaños me entraba una terrible "depre", pensando en que este era un año menos de vida y que cada vez estaba más cerca el momento de mi muerte y un montón de pajas más. Eso sumado a mi amargura de viejo prematura, me provocaba esconderme del mundo o salir corriendo a vagar solitario y triste, rechazando cualquier intento de celebración o felicitación viniese de quien fuera.

Hoy mi hijo cumple 5 años y ahora lo entiendo, o al menos una parte. Comprendo que hay personas que son importantes para uno y que el día que estas personas vinieron al mundo es especial por el simple hecho de que estas personas existen. Entiendo que uno se puede sentir dichoso, y tener ganas de celebrar, de alguna forma, porque hay personas que te iluminan la vida y, mal que bien, uno forma parte de sus vidas también, y el aniversario de su nacimiento es el mejor dia para poderles decir: Gracias por Existir. Sigo siendo amargado, no me gustan los regalos ni las fiestas, pero ya no me parecen ilógicas.

Feliz cumpleaños hijo mío.

2 comentarios:

Yalicita dijo...

Tuvo que nacer Diego para que se te bajara un poco la actitud de grinch de los cumples. Otra razón por la que me cae tan bien Diego.

fairy dijo...

Hay pero que sweet!!!